Muchas veces organizamos casi día a día las actividades que vamos a realizar o los sitios que queremos visitar en nuestros viajes… y realmente queremos hacer toooodo.
Y aunque planear bien es muy apropiado, a veces las cosas no se dan como habíamos pensado.
En nuestro reciente viaje a Roma, la Fontana di Trevi estaba en restauración (desde Junio de 2014 hasta los últimos meses de 2015). Tenía alrededor un acrílico de 2 metros de altura que nos permitía ver las esculturas; pero sin agua no se podía apreciar el conjunto.
Aún así, aunque estaba seca, llena de andamios y materiales de construcción, muchos turistas tiraban monedas que por poco caían sobre los trabajadores de la construcción. 😀
En otro viaje, esa vez a New York en navidad de 2012, no pudimos desembarcar en Liberty Island.
Habíamos estado leyendo diferentes opiniones respecto a si era conveniente bajar o no, desde donde se veía mejor la Estatua de la Libertad, como sacar las fotos más lindas y muchos otros datos.
Pero el clima decidió por nosotros…
Dos meses antes, la costa este de Estados Unidos sufrió el embate del huracán Sandy, que además afectó seriamente a Bahamas, Bermudas, Cuba, Haití, Jamaica y Venezuela.
El huracán había provocado serios daños en los muelles de Liberty Island y estaba cerrada al público.
Si puedes planear la visita y el destino no se interpone, aquí tienes algunos datos.
Ese mismo año, pero unos meses antes, fuimos a Orlando y planeamos «minuto a minuto» la visita a los parques de Disney y Universal: qué atracciones nos gustaban más, los Fast Pass, compramos los tickets en función de esa organización.
Pero ese día, el «hombre araña» estaba temporalmente fuera de servicio. El día anterior, en Disney’s Hollywood Studios había un concurso de porristas y se había suspendido Indiana Jones, que también estaba en nuestro itinerario.
Los viajes están llenos de imprevistos que a veces limitan algunas actividades, pero otras veces nos dan la oportunidad de conocer, ver o aprender cosas que de otra forma hubieran estado muy lejos.
Saber reaccionar adecuadamente a estos cambios es indispensable para garantizar a nuestros acompañantes y a nosotros mismos una experiencia inolvidable.
Viajando de a tres 